viernes, 19 de agosto de 2011

Estudio Biblico de Hoy " Ética en las relaciones"

Título: Ética en las relaciones
 
Verdad central: La ética cristiana fortalece las relaciones.
 
Texto Áureo: Sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Efesios 4:32
 
Trasfondo Bíblico: 1 Samuel 20:11-17, 41, 42; 2 Corintios 8:16-24; 1 Timoteo 5:1-3
 
Bosquejo
 
I. Responsabilidad
 
A. Sea honrado
B. Asóciese a otros
 
II. Respeto
 
A. Trate con respeto a los demás
B. Honre a los demás
 
III. Lealtad
 
A. Muestra de lealtad
B. Lo que es ser leal
 
Objetivo: Analizar los principios de tratar a los demás con dignidad y aplicarlos a nuestras relaciones.
 
Introducción
 
Para el creyente, son importantes las relaciones personales. Gracias a las relaciones con los demás, tenemos la oportunidad de hablarles de Jesucristo. Tenemos también la oportunidad de ayudar a crecer a los hermanos en la fe en su andar espiritual. Pero a fin de ser eficientes en ese ministerio debemos asegurarnos de que fortalezcamos esas relaciones.
 
Esta lección presenta principios de ética personal con los que podemos fortalecer nuestras relaciones con los demás. También esos principios muestran la responsabilidad que tenemos con quienes nos rodean, sobre todo con quienes son cristianos.
 
Cada uno de estos principios confirma la dignidad y el valor de los demás. Cuando obedezcamos esos principios, fortaleceremos nuestra relación con los demás. Además, el vivir conforme a esos principios fortalecerá su iglesia.
 
Comentario bíblico
 
I. Responsabilidad: 2 Corintios 8:16-21
 
A. Sea honrado
 
Es muy importante la responsabilidad, sobre todo con relación a la cuestión económica. Pablo sabía eso y tuvo el cuidado de no emplear mal los fondos de quienes apoyaban su ministerio. Fue también cuidadoso en la forma que administró el dinero que otros creyentes le habían confiado.
 
Los capítulos 8 y 9 de 2 Corintios son las instrucciones de Pablo a los corintios respecto a una ofrenda para los pobres. Esas instrucciones incluyen detalles de cómo Pablo planeaba administrar esa ofrenda. Es probable que esa ofrenda sea la mencionada en Hechos 24:17.
 
Pablo sabía que él y sus compañeros llevarían la ofrenda de los corintios a Jerusalén. A Pablo, como fundador de la iglesia de Corinto, se le debe de haber confiado la administración del dinero sin que nadie sospechara un mal manejo. Sin embargo, él hizo que otros participaran en la administración de esa ofrenda para evitar críticas sin fundamento.
 
Otros tres hombres viajaban con Pablo mientras recogía y llevaba esos fondos. Tito, ya conocido para los corintios, estuvo dispuesto a ayudar (w. 16,17). No sabemos quién era el hermano mencionado en el versículo 18, pero era bien conocido y tenía una reputación excelente entre las iglesias. En realidad, había sido escogido por las iglesias para esa tarea (v. 19). El tercer hermano escogido por Pablo era también conocido para los corintios (v. 22).
 
Pregunta: ¿Por qué es importante la responsabilidad cuando se administran los fondos de los demás?
 
Siempre que administremos el dinero de otras personas, hay la posibilidad de que se interprete mal nuestra conducta. Además, pudiéramos sentirnos tentados a tomar parte del dinero o a emplearlo para provecho propio. Pero como creyentes, debemos ser cuidadosos cuando tenemos la responsabilidad de administrar dinero, sobre todo en la iglesia. Necesitamos a otros que nos ayuden a cerciorarnos de que somos honrados y que garanticen que se emplea sabiamente el dinero.
 
Pablo dio dos razones específicas para administrar la ofrenda como él lo hacía. En primer lugar, quería evitar la crítica por la forma en que se administrara la ofrenda. Al hacer que hombres respetables lo acompañaran mientras recogía la ofrenda, evitaría la censura (v. 20). Al tenerlo todo al descubierto y en compañía de hombres honrados. Pablo se aseguró de que no habría ninguna razón válida para que alguien lo criticara.
 
Al hacer que otros lo acompañaran mientras administraba esa ofrenda, Pablo estaba haciendo lo bueno ante los ojos de Dios y ante la opinión de los demás. Los cristianos no solo tienen la obligación de conservar su conciencia limpia delante de Dios, sino de cerciorarse de que no hagan nada que dañe su reputación. La honradez de Pablo tocante a esa ofrenda podían verificarla todos.
 
Pregunta: ¿Cómo el ser responsable ante otros creyentes es una salvaguarda en nuestro andar espiritual?
 
Los creyentes tienen que ser responsables los unos ante los otros por diversas razones. Evitaremos actividades dudosas porque sabemos que otros nos pedirán cuenta de nuestras acciones.
 
Pablo hizo que participaran esos otros hombres de modo que todos pudieran tener conocimiento de su conducta respecto a esa ofrenda. Pablo no aprovechó su autoridad para evitar la responsabilidad ante los creyentes corintios. Más bien, demostró su carácter moral y su deseo de que no se hablara mal de él ni del evangelio.
 
B. Asóciese a otros
 
En 2 Corintios 8:22-24, Pablo volvió a comprobar la integridad de quienes estaba enviando a recoger la ofrenda y quienes lo acompañarían con la ofrenda a Jerusalén. Sabía que pudiera haber algunos en la iglesia de Corinto que pondrían en tela de juicio la autoridad y la integridad de esos hombres. Pero esos hombres eran dignos de confianza y los corintios los habían aceptado como emisarios con Pablo.
 
Pregunta: ¿Por qué es importante escoger personas íntegras ante quienes usted sea responsable?
 
Si hemos de ser responsables ante alguien, tenemos que escoger a alguien con experiencia espiritual que pueda ayudarnos a crecer en nuestro andar espiritual (Proverbios 27:17). Gracias a su estabilidad y fortaleza pueden alentarnos en todos los aspectos de nuestra vida.
 
Algunos ministros han caído por causa de la inmoralidad. También algunos ministros han sido criticados debido a la mala administración de fondos o de prácticas poco éticas. Pudieran haberse evitado esos problemas si esos ministros y ministerios hubieran sido verdaderamente responsables ante creyentes espirituales.
 
Los que ejercen el liderazgo a veces sienten que no tienen que darle cuenta a nadie. Nunca eso es cierto. Pablo conocía la necesidad de ser responsable. Les presentó sus enseñanzas a los hermanos de Jerusalén para asegurarles que sus enseñanzas no estaban en contra del evangelio. Y escogió a hombres santos para que le ayudaran a administrar la ofrenda.
 
II. Respeto: 1 Timoteo 5:1,2
 
A. Trate con respeto a los demás
 
Timoteo era un joven pastor a quien Pablo había dejado en Éfeso para que resolviera los problemas en las iglesias de allí. Al enfrentarse a esos problemas, Timoteo iba a tener que disciplinar a algunos en la iglesia. Y no siempre es fácil confrontar a los demás.
 
Si no tenemos cuidado en nuestras relaciones, pudiéramos tratar a otros irrespetuosamente. Pablo quiso advertirle a Timoteo que no fuera irrespetuoso en sus relaciones con los demás mientras se esforzaba por resolver los problemas en la iglesia.
 
En 1 Timoteo 5:1,2, Pablo instruyó a Timoteo en cuanto a mostrar una conducta apropiada hacia varios grupos de la iglesia. Pablo empleó la analogía de la familia para describir la relación de Timoteo con esos diversos grupos: ancianos, jóvenes, ancianas y jovencitas.
 
Si había que reprender a los ancianos, Timoteo no debía hacerlo con aspereza.
 
Más bien debía exhortarlos, respetándolos como a padres. Timoteo también debía tratar a los jóvenes como a hermanos.
 
A las ancianas se les debía tratar como madres, y a las jovencitas como a hermanas. Pablo añadió la frase "con toda pureza" en esa última orden. Timoteo debía evitar cualquier deshonestidad en sus relaciones con las jovencitas de la iglesia.
 
Pregunta: ¿Por qué son importantes para nosotros esas instrucciones en nuestras relaciones con los demás?
 
Como creyentes, nuestra vida ha de caracterizarse por el amor a los demás. Ese amor se manifiesta por la forma en que tratamos a quienes nos rodean. En lugar de reprender ásperamente a quienes haya que corregir, debemos exhortarlos con respeto y de una forma que les ayude a crecer en su andar espiritual.
 
B. Honre a los demás
 
En la época de Pablo, las viudas no tenían forma de ganar dinero para sustentarse; dependían de los demás. La iglesia desempeñaba una función importante en el cuidado de las viudas cristianas (Hechos 6:1-6). Pero eso no libraba a los miembros de la familia de su responsabilidad de atender a sus viudas.
 
La iglesia debía atender a las viudas que no tenían a nadie que las ayudara (1 Timoteo 5:3). Si una viuda tenía familiares, ellos tenían que atenderlas De esa manera los recursos de la iglesia podían emplearse para ayudar a quienes más los necesitaban
 
Las instrucciones de Pablo tenían otro propósito. Cuando los hijos y los nietos aprenden a cuidar a sus padres, es "bueno y agradable delante de Dios" (v. 4).
 
Pregunta: ¿Cuál es nuestra responsabilidad con nuestros padres?
 
Como nuestros padres nos ayudaron mientras crecíamos, tenemos Irresponsabilidad de ayudarlos en su vejez. Aunque a veces eso puede significar ayuda económica, hay otras formas en que podemos ayudar a nuestros padres y abuelos en el difícil proceso de envejecimiento.
 
A Dios le agrada que cumplamos nuestra obligación moral con nuestros padres. Cuando somos piadosos con nuestra familia, de veras tenemos relación con Dios.
 
III. Lealtad: 1 Samuel 20:11-17
 
A. Muestra de lealtad
 
En los años desde que David había sido ungido rey por Samuel, el aumento de la popularidad de David alimentó el resentimiento y la envidia de Saúl, que intentó matar a David en varias ocasiones. Pero Dios estuvo con David, y éste pudo escapar de la ira de Saúl. Por ultimo Saúl envió a su hijo Jonatán a que matara a David. Jonatán se negó a hacerlo e intercedió en favor de David.
 
En 1 Samuel 20 Jonatán y David se reunieron para analizar la actitud de Saúl hacia David. Él le pidió a Jonatán que no lo entregara a Saúl y que lo mantuviera informado respecto a la actitud de Saúl con él (w. 11-13). Jonatán prometió, hacerle saber a David lo que ocurriera y advertirle si Saúl seguía tratando de matarlo.
 
Pregunta: ¿Por qué estuvo dispuesto Jonatán a perdonarle la vida a David?
 
David y Jonatán tenían una amistad basada en el amor y el respeto mutuo (v. 1). Y tal vez Jonatán presintiera que David, y no él, sería el próximo rey de Israel (w. 14-16).
 
Es probable que también Jonatán reconociera la presencia y la unción de Dios en la vida de David y sabía que no podía hacerle daño al que Dios había ungido rey.
 
Jonatán le pidió a David que fuera leal a él y a su familia para siempre, aun después que Jehová hubiera cortado a todos los enemigos de David. La lealtad de Jonatán a David fue también una expresión de su fe en Dios.
 
El versículo 17 vuelve a mencionar el amor entre David y Jonatán como el fundamento de su lealtad y el deseo de cada uno de ver al otro triunfando en la vida.
 
¿Pregunta: Cuál es el fundamento de nuestra lealtad a los demás?
 
El amor es el fundamento de la lealtad, al igual que es el fundamento de toda la ética cristiana.
 
También la lealtad se fundamenta en la confianza. David confió en que Jonatán lo protegiera y no lo entregara a Saúl para que lo matara. Y como Jonatán era leal a David, quería lo que fuera mejor para la vida de David, incluso que fuera rey de Israel.
 
B. Lo que es ser leal
 
Saúl tenía el propósito de matar a David. Después que Jonatán descubrió las intenciones de Saúl, le advirtió a David de los planes de su padre, tal como le había prometido (1 Samuel 20:41,42). La lealtad de Jonatán no eran simples palabras sino acciones consecuentes.
 
Pregunta: ¿En qué formas prácticas podemos mostrarle lealtad a alguien?
 
Jonatán fue leal a David aunque no le conviniera. Jonatán pudo haber visto a David como un rival al trono como lo había visto su padre. Sin embargo, siguió siendo fiel a David.
 
David y Jonatán se despidieron con la misma lealtad y confianza que había caracterizado su amistad. Se fueron en paz sabiendo que cada uno cumpliría sus promesas delante del Señor.
 
Cuando somos leales a alguien lo seguiremos siendo, aun cuando a la otra persona se le elogia y a nosotros no se nos reconozca. Nos regocijaremos con esa persona por la bendición de Dios en su vida. Y aun cuando nuestros amigos estén pasando por un tiempo difícil en su vida, podemos mostrar nuestra lealtad orando por ellos y alentándolos en su momento de necesidad.
 
Aplicación.
 
Nuestras relaciones con los demás son algunas de las cosas más importantes de la vida. Es mediante esas relaciones que tenemos las oportunidades de hablar del evangelio y ayudar a los hermanos en la fe a crecer en su andar cristiano.
 
La ética cristiana no sólo se demuestra en nuestra conducta cuando nadie nos está observando, sino que también se demuestra en nuestras relaciones con los demás. Cómo tratamos a los demás es una señal del valor que les damos a las personas. Como creyentes, nuestra vida debe revelar la presencia de Dios en nuestras relaciones. Esas relaciones se caracterizarán por el amor porque hemos sentido el amor de Dios.
Tal vez esta lección le haya hablado a usted acerca de sus relaciones con los demás. Quizá comprenda que necesita hacer mejoras en sus relaciones con quienes lo rodean.

lunes, 1 de agosto de 2011

Estudio biblico de hoy " La autoridad de Cristo"

Verdad central: Dios le ha dado a Cristo autoridad sobre todas las cosas.
 
Texto áureo: El Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, . . . sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia. Efe. 1:17, 22
 
Trasfondo bíblico: (Mateo 12:1-37)
 
Bosquejo
 
I. Señor del día de reposo
 
A. Acusación de los fariseos
B. La triple respuesta de Cristo
 
II. Autoridad sobre la enfermedad
 
A. Demostración de la autoridad de Cristo
B. Reacción de los fariseos
 
III. Autoridad sobre los demonios
 
A. Pregunta de autoridad
B. La autoridad de Cristo
 
Objetivo:
 
Reconocer la autoridad de Cristo y someternos a su señorío.
 
Introducción
 
El Nuevo Testamento enseña la autoridad de Jesucristo. El término "Señor", empleado a menudo para referirse a Cristo, significa "dueño", "director" o "supremo en autoridad". Tres veces el Nuevo Testamento se refiere a Cristo como "Rey de reyes y Señor de señores" (1 Timoteo 6:15; Apocalipsis 17:14; 19:16). Muchísimas declaraciones a lo largo del Nuevo Testamento, además de algunos incidentes en los Evangelios, revelan la autoridad de Cristo.
 
Sin embargo, no todos en el Nuevo Testamento aceptaron la autoridad de Cristo. Algunos se opusieron abiertamente. Eso se hace patente en el pasaje de esta lección. Aquí los fariseos pusieron en tela de juicio la autoridad de Jesús e incluso la desacreditaron. Pero Jesús ejerció su autoridad ante los ojos incrédulos de ellos y los invitó a que tomaran una decisión respecto a su señorío.
 
El señorío de Cristo es importante hoy para nuestra vida. Él reinará eternamente. Y si lo conocemos como nuestro Señor, reinaremos con Él por la eternidad.
 
Comentario Bíblico
 
I. Señor del día de reposo (Mateo 12:1,2)
 
A. Acusación de los fariseos
 
Mientras Jesús y sus discípulos iban por un campo de trigo en el día de reposo, los discípulos arrancaron "espigas" (Mateo 12:1) y comenzaron a comerlas. Cuando los fariseos vieron lo que hacían los discípulos, los acusaron de violar el día de reposo (v. 2).
 
Pregunta: ¿Por qué pensaban los fariseos que los discípulos violaban el día de reposo?
 
Los fariseos habían añadido su propia interpretación estricta a las leyes que regían el día de reposo. El Antiguo Testamento declaró el día de reposo un "santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová" (Éxodo 16:23). El trabajo que fuera necesario, como la preparación de alimentos, tenía que hacerse antes del día de reposo. Desde el punto de vista de los fariseos, la conducta de los discípulos —el arrancar las espigas y frotar el grano entre las manos— era igual que cosechar el grano. Estos eran algunos de los treinta y nueve ejemplos de trabajo que estaban prohibidos en el día de reposo.
 
La conducta de los discípulos les dio a los fariseos la oportunidad de atacar a Jesús (Mateo 12:2). Los fariseos creían que defendían la ley, siguiéndola al pie de la letra. Acusaron a los discípulos de violar Éxodo 20:10, que prohibía trabajar en el día de reposo. Aunque los fariseos parecían estar sometidos a la ley de Dios, en realidad no hacían caso de su enseñanza y la sustituían con su propio legalismo.
 
Pregunta ¿Cómo cometen los creyentes hoy el mismo error que los fariseos?
 
]esús indicó que todo el mundo puede caer en el mismo error. En Lucas 6:46, preguntó: "¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?" Si no hacemos caso de la clara enseñanza de la Biblia y mostramos un legalismo farisaico, no estamos dando honor a Jesucristo; sólo estamos sirviendo de labios a Jesús y su Palabra.
 
B. La triple respuesta de Cristo
 
Jesús respondió a las acusaciones de los fariseos de tres maneras. En primer lugar, les recordó a los fariseos un incidente de la vida de David en 1 Samuel 21:1-6 (Mateo 12:3,4).
 
Mientras huía de Saúl, David fue a Nob y le pidió a Ahimelec el sacerdote alimento para él y sus hombres. El único alimento que tenía Ahimelec era el pan sagrado reservado para los sacerdotes (Levítico 24:9). Pero al reconocer la necesidad de David, Ahimelec le dio a David ese pan sagrado. Ahimelec comprendió que la necesidad humana anulaba el requisito de la ley.
 
En su respuesta a los fariseos. Jesús recurrió al conocimiento que tenían de la Biblia. En ninguna parte de la Biblia se censura a David por comer el pan sagrado. Como las Escrituras no condenan a David, la interpretación legalista de la ley por parte de los fariseos no se basa en la Biblia.
 
Jesús parecía también estar indicando que, como las Escrituras no condenaron a David, tampoco debían los fariseos condenar a sus discípulos. Después de todo, estaba presente uno mayor que David, Jesucristo mismo.
 
Acto seguido Jesús les recordó a los fariseos que los sacerdotes trabajaban en el día de reposo (Mateo 12:5,6). La ley les exigía que ofrecieran sacrificios cada día de reposo (Números 28:9,10). Si a los sacerdotes no se les consideraba culpables por trabajar en el día de reposo, planteó Jesús,¿por qué habría de censurarse a sus discípulos por usar el día de reposo a fin de trabajar para Cristo?
 
La frase "uno mayor que el templo está aquí" (Mateo 12:6) indicaba que estaban presentes Jesús y el reino que representaba. La autoridad de la ley como se relacionaba con el servicio en el templo les daba protección a los sacerdotes mientras trabajaban en el día de reposo. De igual manera, Jesucristo, el que es mayor que el templo, tenía prioridad sobre el día de reposo. Además, los discípulos estaban sirviendo a aquel a quien anunciaban el templo y sus sacrificios.
 
Por último, Jesús ilustró su enseñanza con un principio bíblico que aparece en Oseas 6:6: "Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos." Los fariseos no comprendieron este principio bíblico. Dios desea un recto corazón más que un ritual correcto. Si los fariseos hubieran tenido compasión espiritual y no simple ceremonia, no habrían condenado a los inocentes" (Mateo 12:7).
 
Jesús concluyó sus tres argumentos llamándose a sí mismo "Señor... del día de reposo" (v. 8).
 
Pregunta: ¿Por qué es Jesucristo el Señor del día de reposo?
 
La palabra "Señor" señala a alguien que es predominante en autoridad. Los fariseos se consideraban autoridades sobre cuestiones que tuvieran que ver con el día de reposo. Como Jesucristo es Dios, podía fácilmente refutar a los fariseos, proclamando que Él es Señor sobre el día de reposo.
 
Como Señor del día de reposo, Jesucristo tiene el derecho de decidir cómo se ha de observar el día de reposo para que resulte en el mayor bien de la humanidad. También tiene el derecho de juzgar a quienes violen el día de reposo. En vez de condenar a sus discípulos, Jesús condenó a los fariseos por su legalismo ciego y sus interpretaciones tradicionales que no veían al verdadero propósito de Dios para el día de reposo.
 
Los fariseos optaron por seguir las tradiciones humanas y rechazar la autoridad de Cristo. Aun hoy sigue habiendo el peligro de hacer eso. Tenemos que estar en guardia contra el sustituir con simple religión nuestra entrega a Jesucristo como Señor, y con piedad exterior una buena relación con Él. Nada —ni siquiera el deber religioso— puede tomar el lugar de una relación personal con Cristo si Él ha de ser el Señor de nuestra vida.
 
II. Autoridad sobre la enfermedad (Mateo 12:9-12)
 
A. Demostración de la autoridad de Cristo
 
Aunque Jesús había salido de los sembrados, no había abandonado el debate sobre el día de reposo. Un día que Lucas describió como "otro día de reposo", (6:6) Jesús entró en una sinagoga para enseñar. Allí encontró a un hombre con una mano seca (Mateo 12:9). Los escribas y los fariseos estaban también presentes, aguardando otra oportunidad para desacreditar a Cristo (Lucas 6:7).Mateo indicó que los fariseos le hicieron a Jesús lo que parecía una pregunta teológica: "¿Es lícito sanar en el día de reposo?" (Mateo 12:10). En realidad la pregunta ocultaba su verdadera intención; buscaban una manera de acusarlo.
 
También su pregunta giraba en torno a la cuestión de autoridad. Aunque el Antiguo Testamento no prohibía que se sanara en el día de reposo, los maestros legalistas de la época de Cristo consideraban el sanar como trabajo y una violación de las restricciones del día de reposo. Los fariseos y otros legalistas no sólo estaban interpretando mal las Escrituras, sino yendo más lejos.
 
Pregunta: ¿ De qué otras formas pudiéramos ir más allá de la autoridad de la Biblia en nuestro esfuerzo por aparentar santidad?
 
El error de los fariseos sigue ocurriendo hoy. Cuando los cristianos adoptan ciertas prácticas o evitan otras que no están prohibidas expresamente o por principio en la Biblia, corren el riesgo de caer en la misma trampa legalista en que los fariseos se ponían a sí mismos. Aunque las convicciones personales tienen su lugar y son incluso loables, no podemos permitir que nuestras convicciones personales se vuelvan requisitos para la salvación. Cuando lo hacemos, cometemos el gravísimo error de pasar por alto la autoridad de Cristo y las Escrituras, y de sustituirlas con nuestras propias creencias.
 
Jesús respondió a la acusación de los fariseos volviendo a poner la compasión por encima del legalismo(w. 11,12). Les recordó a sus acusadores que cualquiera rescataría una oveja que hubiera caído en un hoyo en el día de reposo.¿No debiera ejercer la misma compasión por un ser humano, que vale más que una oveja? (v.12). Hacer el bien es siempre lícito en el día de reposo.
 
Jesús no hizo caso de la crítica de los fariseos, y le ordenó al hombre que extendiera la mano seca. El hombre reaccionó con fe, alargó la mano y fue sanado al instante (v.13)
 
Los versículos 9-13 muestran que Jesús manifestó su autoridad en dos sentidos. En primer lugar, manifestó su autoridad sobre el legalismo. Como creyentes, debemos reconocer el legalismo por lo que realmente es. A primera vista, parece un admirable esfuerzo de santidad en una época impía. Sin embargo, en realidad el legalismo se opone a la gracia de Dios, sustituyendo la verdadera justicia con el esfuerzo humano. Cuánto mejor es rendirse a Él y experimentar verdadera armonía con Dios.
 
En segundo lugar, Jesús manifestó su autoridad sobre la enfermedad. A pesar de las objeciones de los guías religiosos que estaban contra Él, Jesús sanó al hombre en la sinagoga. En ninguna parte de la Biblia se indica que haya cambiado su autoridad sobre la enfermedad. Todavía sigue sanando a pesar de las objeciones de quienes niegan lo milagroso. Por la fe, Jesús es Señor sobre nuestra enfermedad además de ser Señor de nuestra vida.
 
B. Reacción de los fariseos
 
Se pudiera esperar que los fariseos hubieran cambiado de opinión después de presenciar la sanidad de la mano seca del hombre, pero Mateo 12:14 indica que el milagro sólo endureció más la oposición de los fariseos a Cristo. En lugar de sentirse regocijados ante ese milagro, los fariseos se fueron, y procuraban destruir a Jesús.
 
Aunque Jesús salió de la sinagoga, no se fue sin una multitud detrás. El versículo 15 indica que "mucha gente" lo seguía, y que "sanaba a todos".
 
Ese final de la escena en la sinagoga describe dos formas en que podemos responder a la autoridad de Cristo. Podemos rechazarla como hicieron los fariseos, y apartarnos de Él, o podemos someternos a ella, y ver los milagros que Él realizará con su autoridad.
 
III Autoridad sobre los demonios (Mateo 12:22-24)
 
A. Pregunta de autoridad
 
En Mateo 12:22, Jesús se enfrentó a sus opositores por tercera vez. Se produjo esa oposición después que Jesús liberó a un hombre de la influencia de un demonio. El demonio originaba dos efectos físicos en él; ceguera e incapacidad para hablar. Cuando Jesús echó fuera el demonio del hombre, éste fue sanado de inmediato de ambas aflicciones.
 
Con razón, el milagro asombró a los espectadores. La pregunta que hicieron en el versículo 23 indicaba que comprendían que el poder de Jesús para echar fuera demonios era una característica distintiva de "Hijo de David", el Mesías prometido.
 
Sin embargo, no todos los presentes participaban del entusiasmo del pueblo. Los fariseos, en su obstinada oposición a Cristo, le atribuyeron el milagro a "Beelzebú, príncipe de los demonios" (v. 24).
 
Es probable que el nombre "Beelzebú" se derivara del nombre de un dios cana-neo. En la época del Nuevo Testamento, se empleaba comúnmente para referirse a Satanás. La oposición de los fariseos había llegado al extremo. Le atribuyeron al diablo el poder milagroso de Cristo.
 
B. La autoridad de Cristo
 
A fin de responder a la acusación de los fariseos de que él estaba obrando milagros con el poder de Satanás, Jesús presentó tres argumentos. Primero presentó un argumento lógico (w. 25,26). Si echaba fuera un demonio por el poder de Satanás, Satanás estaría dividido "contra sí mismo" y se derrumbaría su reino (v. 26). No tendría sentido alguno el hecho de que Satanás se dividiera contra sí mismo.
 
Acto seguido, Jesús presentó un argumento contemporáneo (w. 27,28). En aquel tiempo los judíos exorcistas echaban fuera demonios, y se aceptaba su obra como de Dios.¿Por qué no aceptar también que Jesús echara fuera un demonio?
 
Por último, Jesús presentó un argumento espiritual (v. 29). El hecho mismo de que hubiera echado fuera los demonios demostraba que era más fuerte que Satanás.
 
Pregunta: ¿De qué manera tienen los creyentes autoridad sobren los demonios?
 
Los fariseos se habían puesto en una peligrosa situación. A lo largo del ministerio de Cristo, se habían opuesto a Él. Pero después de presenciar el milagro de liberación que hizo Cristo, su oposición tomó un giro peligroso al atribuirle su poder a Satanás.
 
Cuando nos negamos a someternos a la autoridad de Cristo, nos apartamos más de Él. Si persiste esa actitud rebelde, caemos cada vez más bajo la influencia del enemigo.
 
Aplicación
Los fariseos se negaron a aceptar el señorío de Cristo. Pero rechazar su señorío es rechazar la salvación que Él ofrece. Y el negarnos a someternos a su autoridad puede llevarnos a la senda que termina en destrucción.